No sé contestar al cuando, como o porqué surgió en mi vida tal complicidad con la pintura, pienso que lo sentí así desde que pude expresarme. Disfrutaba haciéndolo, aunque a veces también me contrariaba. La creación emergía tanto despierta como dormida, y aún me sigue pasando a día de hoy.
Pintar, y crear, no es siempre de la manera que pretendes, casi nunca diría yo...lo que imaginas, la idea origen es solamente eso, una idea.
A lo largo de estos años, la complicidad con la pintura siempre está ahí, entre lo real y lo imaginario, lo que tiene sentido y el disparate, un "ser o no ser" constante pendulando sobre mi cabeza. Sin duda, la búsqueda del equilibrio me hace evolucionar y alimentar mi trayectoria.
María Xesús Díaz invita al espectador a descubrir, a adentrarse, a sentir un nuevo mundo.
La agudeza a la hora de crear le permite transmitir emociones derivadas de su realidad artística, una realidad forjada con el trabajo y el entusiasmo de una vida.
Su obra destaca por el tratamiento del color, su riqueza cromática y el uso particular de la espátula, sus señas de identidad.
Escribe con el interior, inventando una existencia propia y transparente, siempre abierta a la interpretación particular del espectador. Sus escenarios únicos, por imaginativos e increíbles, son la antítesis a la indiferencia, creación en estado puro
Paréceme sinxelamente unha virtude, non ter que pensar na cor como condicionante. Esa masa potente que tira dese ceo tan ricamente traballado e que escapa dese vermello que nas referencias conxugadas cabalga entre Inocencio X e un Camarasa, entrelazados polos grises y que como fortins aférranse ao chan ben como defensa, ben como escapatoria.
Sempre teño que poñerlle música aos téus cadros, sempre levan banda sonora, quizáis a inadecuada pero son imáxes para sons. E hai algo que fala da túa discreción e o mimo no trato. A sutil línea que ascende de dereita a esquerda e ten que ver con Ariadna. A túa obra, xera moita literatura, e unha boa pluma un libro de segredos.